13 de octubre de 2013

Sardinas rebozadas con ensalada de remolacha

La sardina es un pescado azul o graso -posee casi 10 gramos de grasa por cada 100 gramos de carne- y es muy buena fuente de omega-3, que ayudan a disminuir los niveles de colesterol y de triglicéridos, además de aumentar la fluidez de la sangre, lo que disminuye el riesgo de aterosclerosis y trombosis. Por este motivo, es recomendable el consumo de sardinas y otros pescados azules en enfermedades cardiovasculares. Su contenido proteico también es elevado.

Entre las vitaminas se encuentran algunas del grupo B como la B12, B1 o Niacina, que permiten el aprovechamiento de los nutrientes energéticos (hidratos de carbono, grasas y proteínas). Intervienen en numerosos procesos de gran importancia como la formación de glóbulos rojos, la síntesis de material genético, la producción de hormonas sexuales, etc.

La sardina contiene también cantidades significativas de vitaminas liposolubles como A, D y E. La primera contribuye al mantenimiento, crecimiento y reparación de las mucosas, piel y otros tejidos del cuerpo. Favorece la resistencia frente a las infecciones y es necesaria para el desarrollo del sistema nervioso y para la visión nocturna. También interviene en el crecimiento óseo, en la producción de enzimas en el hígado y de hormonas sexuales y suprarrenales. Por su parte, la vitamina D favorece la absorción de calcio y su fijación al hueso, y regula el nivel de calcio en la sangre.

En cuanto a los minerales, la sardina contiene fósforo, magnesio, potasio, hierro, zinc y yodo. El fósforo está presente en huesos y dientes, interviene en el sistema nervioso y en la actividad muscular, y participa en procesos de obtención de energía. El magnesio se relaciona con el funcionamiento del intestino, los nervios y los músculos, y además forma parte de huesos y dientes, mejora la inmunidad y posee un suave efecto laxante. El hierro es necesario para la formación de hemoglobina, proteína que transporta el oxígeno desde los pulmones a todas las células, y su aporte adecuado previene la anemia ferropénica. En cuanto al contenido en yodo de la sardina, éste es significativo, si bien abunda más en otras especies de peces. Este mineral es indispensable para el buen funcionamiento de la glándula tiroides que regula numerosas funciones metabólicas, así como el crecimiento del feto y el desarrollo de su cerebro.

Ingredientes para la sardina:

12 Sardinas frescas.
2 huevo.
2 tasas de pan rallado.
2 dientes de ajo.
3 cucharas de perejil picadito.
Aceite de oliva
Sal Marina
Pimienta fresca.

Ingredientes para la ensalada:

½ kilo de papas cocidas.
½ kilo de remolachas cocidas.
2 zanahorias grandes cocidas.
4 huevos cocidos.
1 cebolla picada en cuadritos pequeños.
2 cucharadas de cilantro picadito.
Aceite de oliva.
Sal Marina.

Preparación:

  1. Primero debemos de limpiar las sardinas, les quitamos la cabeza y las tripas. Luego bajo el agua del grifo con un cuchillo quitamos las escamas. Ahora abrimos bien por la mitad y retiramos la espina central, hecho esto las lavamos bien y las dejamos en una escurrir bien el agua.
  2. Ahora llevamos una sartén a fuego alto con solo un poquito de aceite y mientras se calienta salpimentamos a nuestro gusto las sardinas y la pasamos por el pan rallado para empanizarlas de forma que queden todas cubiertas del pan.
  3. Luego en un bowl batimos los huevos y aquí agregamos el ajo y el perejil, pasamos las sardinas por esta mezcla y las vamos echando en el sartén caliente para asarlas. Las dejamos dorar y damos vuelta hasta que dore también por este lado. Una vez listas las pondremos en una fuente con papel absorbente para que aquí quede cualquier exceso de aceite que puedan tener nuestras sardinas.
  4. Mientras que nuestras sardinas reposan, picamos en ruedas las papas, remolachas, zanahorias y el huevo que ya teníamos cocidas y las colocamos en una fuentes por separada cada una.
  5. En un plato pon tres sardinas y a un lado una capa de papa, zanahorias, remoladas y huevo, espolvorea un poco de la cebolla y el cilantro picadito, termina bañándolo con un chorrito de aceite de oliva y sal marina al gusto.
¡Bon appétit!

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